miércoles, 18 de agosto de 2010

capitulo 5

OPERACION VAMPIRO


No tenía ni la menor idea de donde estaba, habia perdido la cuenta muchos kilometros antes de llegar. Era un lugar copletamente alejado de la socidad, por una vieja y olvidada carretera que yo ni conocia, en el mediao del bosque, habia una casa como de pelicula de terror. Parecia apunto de caerse, tenía los vidrios rotos y el techo no parecia estar en buen estado, se podia oir el chillido de las ratas y el batir de las alas de los murcielagos. Tenia todo eso, y mucha gente podria creer que era horrorosa y que no podrian pasar ni una hora alli, pero yo la veia encantadora a pesar de todo.
  Resultaba que los «Bell» eran sólo la pareja que estaba completamente descompuesta en el mausoleo. Las personas con las que me encontraba pertenecian a uno de los clanes que habian regados por todas partes. Venian de familias distintas, pero a todos los unica Fathon, quien los habia transformado y por eso y su caracter era su lider.
  Resultaba que la alimaña que mató a Keith se llamaba Bastet, y habia pertenecido a una poderosa familia del noreste de Europa. Resultaba que el hombre se llamaba Kek, y habia sido ministro en algun lugar de Rusia. Resultaba que la chica antipatica se llamaba Aleth y habia sido la hija de un adinerado gerente de un gran banco en New York. Resultaba que el principe de la oscuridad se llamaba Raiquen y era el hijo de Fathon, y estaba comprometido con Aleth. Y resultaba que desde que Fathon era su lider, su apellido habia cambiado a ser Andover, ahora, incluso era el mio.
  El cambio estaba siendo horrible. Aun podia salir a la luz del sol, pero ya estaba empezando a molestarme demasiado, como si me quemara los ojos. Aun necesitaba el alimento humano, pero una quemazon constante se habia apoderado mi garganta y no podia sentirme satisfecha con ningun aliemento. Aun era debil y fragil, compatible con la muerte, pero comenzaba a sentir mi piel un poco as dura y fria de lo habitual. Aun podia verme en el espejo, pero mi reflejo paracia estas desapareciendo cada segundo que pasaba. Y lo peor de todo, el dolor que sentia, como si traspasaran mi corazon con un frio puñal. Mi corazon no latía, pero aun sentia como si estuviese vivo.
  Me habia mantenido al margen de cualquier conversacion o cualquier contacto desde hace tres horas, que era exactamente lo que llebabamos aqui. Era increible como ahora tenia una nocion exacta del tiempo, escuchaba cada paso y conversacion, aunque evitaba escuchar sus cotilleos; veia las ratas negras corriendo junto a las paredes, las arañas en el techo tejiendo sus telarañas, los insectos caminando en el suelo, bien eso es asqueroso, pero no podia evitar verlos para distraerme. Tal vez eso era parte de mi nueva vida, si es que se le puede llamar vida por en las habiataciones de arriba, escondidos detras de paredes de dobre fondo, habian cinco viejos ataudes.
  Estaba sentada en las escaleras que llebaban al atico, Fathon no me habia dejado salir ni siquiera al jardin, temiendo que fuera escaparme en cualquier momento, como habia pensado en el taxi cuando habia tenido el tiempo suficiente para reconsiderar todo lo que me estaba pasando. Este era el unico lugar en donde pordi estar sola, desde aqui no veia a nadie que no quisiera ver.
  Las escaleras, al igual que el resto de la casa estaba a punto de caerse, estar aqui hacia que se te viniera a la cabeza la idea de que se te va a caer el techo encima y depsues vas a caer hasta el sotano. Si tan sólo con eso pudiera morir, de verdad y para siempre, pero al parecer ni siquiera una estaca.
  Por lo que habia alcanzado a aescuchar, la unica forma de matar a alguein como yo era cortandole la cabeza e incendiando los restos. Por eso ninguno de los que estaban conmigo habia muerto. Habian quedado en un letargo, los cazadores de esa epoca estaban mal informados, creian que los simbolos sagrados podian matarnos, pero que va, ni siquiera sirven, y la estaca sólo inmoviliza.
  Tambien habia escuchado algo sobre Rumania y el concejo, pero se habian detenido en mediao de la conversacion cuando cayeron en la cuenta de que yo estaba escuchando. Lo de Rumania me pareció un cliche, hijos de la noche hablando de Rumania.
  La noche estaba a punto de caer, habia pasado todo el dia sentada aqui sin ninguna salida. Estaba tan aburrida y consternada, no son dos terminos que use amenudo juntos. Queria salir de este maldito agujero de una vez por todas, queria saber como estaba Dimitri, por que si estaba tan traumado como yo creia... Mi pobre Dimitri.
  Me lavanté de las escaleras tan rapido que ni siquiera lo vi venir y me acerqué a la ventana para ver el atardecer, sentia como si tuviera un fosforo encendido en los ojos, pero tal vez fuese el ultimo atardecer que fuese a ver, asi como Lestat, y no queria perdermelo.
  Fue tan hermoso, los colores, el sol, nunca habia visto algo tan magnifico en mi vida, o tal vez sólo lo queria ver hermoso, como sea, de todos modos valió la pena. Asi que por eso decian que vivieramos cada dia como si fuese el ultimo, siempre me habia parecido ridiculo, pero ahora tenia sentido.
  Cuando el sol se ocultó tras los arboles decidí volver a sentare para ahogarme en mi miseria.
  Escuché los pasos subiendo por las escaleras principales y luego caminando rapidamente por el pasillo. Las pisadas eran fuertes, asi que debian ser de alguien pesado, o sea, un hombre. No tuve que esperar mas de tres segundo en dare cuenta de que mi afirmacion era certera, era la ultima persona que queria ver.
  Fathon sonrió maliciosamente al verme, no supe que pensar al ver sus ojos revosantes de maldad, pero aun asi me puse de pie, lo ultimo que queria era hacer enfadar a alguien como él.
  — ¿Estas lista?—su voz retumbó en la habiatcion con estrepito tortuoso. No me atrevi a preguntar para que, pero él lo interpreto muy bien—Tu primera caceria.
  Esa oracion me llegó hondo, hasta ahora no habai pensado en eso, me golpeó tristemente la palabra matar.
  se rió estruendosamente de mi ftidica expresion.
  — ¡Mira quien esta asustada! No entiendo como temes a algo tan sencillo como esto cuando entars sola a un cementerio en medio de la noche y pescas un fantasma en vuelo, y como si eso no fuese suficiente, entras al otro dia y te metes a un mausoleo.
  ¿Como se atrevia a comparar algo tan simple como entrar en un cementerio con matar a un ser que no tiene nada que ver con todo esto?
  —Creo que, despues de todo eso, deberias tener las agallas para afrontar tu destino.
  ¿Me estaba diciendo gallina? Pues bien, yo no lo era. La valanetia no tenia esa clase de significado, no es valiente quien mata, eso es de cobardes. Y yo no queria ser tan cobarde como Bastet.
  —Andando—me quedé de pie donde estaba, ignorando al autoridad que demandaba su voz.
  Él sonrió de nuevo cuanodo notó que estaba dispuesta a desobederle. La cosa mas extraña sucedió en ese minuto. Fathon se acercó a mi un paso y habia persido por completo su sonrisa, ahora su rostro era mas terrible que antes, mientras una extraña sensacion se apoderaba de mi, perdi el control de mi cuerpo y comencé a caminar. Traté de resistirme al impulso, pero era demasiado fuerte como para oponerse a él, asi que caminé contra mi voluntad hasta Fathon y despues le segi por el pasillo.
  El impulso continuó hasta que estuvimos fuera de la casa, mi cuerpo se movió al compaz del viento mientras mi ente luchaba por volver a donde habia estado. Fathon me tomó abusivamente por el brazo y entonces mi mente volvió a ser la dueña de mi cuerpo, pero ahora tampoco podia escapar, Fathon era mil veces mas fuerte que yo.
  Me arrastró rapidamente hasta los grandes y negros abetos que ocultaban la luna. La noche era fria, la niebla rondaba blanca y serpenteante por entre los arboles y la tenue luz de la luna iluminaba el camino que no estaba dispuesta a seguir. Fathon caminaba cada vez mas rapido, no sé como pude seguirle el paso sin caerrme, el hecho es que estaba caminando casi tan rapido como él, tratando de que soltara mi brazo.
  —Hay tanto de donde elegir—por fin se habia detenido—Estan las mujeres de la vida fasil, los vagos, los ejecutivos, los ebrios, los drogadictos, pero hoy lo haremos un poco mas dificil.
  Eso no me gustó para nada. La luz plata de la luna hizo brillar sus blancos y afilados dientes cuando sonrió con la idea.
  — ¿Deberiamos ir en auto? No, no creo que eso sea practico. Mmm... ¿cómo hacer esto inolvidable?
   Soltó mi brazo indesciso, pero al final se decidió y no me gustó la forma en que lo hizo. Un segundo esta de pie frente a él y al otro sali dispatrada directo a un arbol. Por fortuna no dolió tanto como pensaba, esperaba que no fuera algo de me va a doler mañana.
  Se acercó triunfante mientras perdia el control de mi cuerpo, de nuevo. No podia moverme, por mas que quisiera, y para frustarme aun mas, no podía gritar. Tomó mi barbilla con sus largos y helados dedos y reparó en mi rostro con atencion.
  —Eres muy hermosa—a lo cual le siguió una risa malevola y despiadada—Una creatura interesante e inocente. Lastima que de eso no quedara mucho despues de esta noche.
  Que no sea lo que estoy penasndo, por favor.
  Sus dedos se deslizaron lentamente por mi garganta hasta llegar a mi pecho. Sonrió y acercó su rostro mas al mio. Queria retroceder, pero ni siquiera podia controlar el curso de mi mirada. Estaba siendo obligada a ver a traves de sus terribles ojos rojos. Su mano desendió lentamente hasta mi cintura y despues hasta mi espalda. Su rostro estaba como a tres centimetros del mio, por lo que pude ver con exagerada perfeccion como su lengua perfilaba sus colmillos cuando se acercaba para darme un beso. Primero fue en la mejilla, pegó su cuerpo al mio, despues deslizó sus labios hasta mi barbilla, su mano se resbalo por mi espalda, despues sus labios siguieron hasta la punta de mi nariz, descubri su helada mano debajo de mi corsé, y sus labios se deslizaron con deliberada lentitud hasta los mios.
  — ¡La tengo!—nunca pensé que me alegraria tanto de oir su voz.
  Fathon se alejó de mi en menos de un segundo y le dedicó una envenenada mirada a Bastet. retome el control de mi cuerpo y me recosté aliviada en el arbol antes de notar a la pequeña que acompañaba a Bastet.
  Era la pequeña mas hermosa que habia visto en mi vida. Tenia cinco años a lo sumo, como Eros. Era peli roja y palida coo una muñeca de porcelana. Sus ojos azules destellaban de forma inocente a la luz de la luna. Sus labios de un perfecto rosados se curbaban hacia abjo en un mueca de tristeza mientras una pequeña lagrima se deslizaba en sus sonrosadas mejillas.
  —No te preocupes, cielo, vamos a encontar a tu mamá—le dijo Bastet en un tono perverso y sarcastico antes de mirar a Fathon con una sonrisa de suficiencia.
  La pequeña me miró asustada, no sabia como responder a eso, creo que ambas nos sentiamos de la misma forma. Fathon se acercó a ellas y no pude evitar adelantarme antes de que ese perverso ser se acercara a la niñita. Ella se soltó de la mano de Bastet y se aferró a mis piernas, le devoldí el abrazo de inmediato mientras los dos vampiros reian al unisono con macabra soberbia.
  —Llevama con mi mamá—sollozó en mi podio con una voz de plata.
  —Te lo prometo— ¿que mas podia decirle?
  —Moon, deja a la pequeña—me dijo Bastet en ese tono tan... ugh, me recordaba a la forma hipocrita en la que e prometió que nos haria daño. Esa noche habia dejado que matara a Keith por que no tenia la fuerza para defenderlo, pero no iba a dejar que hiciera lo mismo con esata niñita.
  —No—me sorprendió mucho lo firme que sonó mi voz.
  —No me hagas obligarte, querida Moon—era tan asqueroso. Mi brazo se movió sin que yo quisiera, de nuevo, y soltó poco a poco a la niña, pero ella no soltó mis piernas.
  De entre la niebla salieron Raiquen, Kek y Aleth. Kek parecia algo afligido, pero al ver a la niñita su expresion cabió. Raiquen, bueno, no sabia exactamente que pasaba con él, era tan... frio. Aleth tenia una sonrisa muy parecia a la de Fathon, tan repugnante como él.
  La niñita gritó y me soltó las piernas, supe de inmediato quien lo habai hecho, y cuando queria abrazarla de neuvo, me vi obligada a caminar hasta donde estaban Raiquen y Kek.
  Aleth y Bastet toaron a la niña de las muñecas y la levantaron hasta la altura de sus cabezas. Despues caminaron como unas perversas bailarinas hasta un arbol, donde Bastet soltó a la pequeña y ató una soga a una de las ramas. La niña gritaba a todo pulmon pidiendo ayuda y yo no podia moverme, era tan frustrante. Cuando Bastet habia termiando con la soga, Aleth se acercó con la niña y ambas la ataron de las uñecas y se alejaron unos pasos como si fuesesn a comtemplar una obra de arte en un museo.
  La pequeña pataleaba y gritaba desconsolada tratando se soltarse cuando Aleth le arrancó el vestido de un tiron.
  Kek me tomó fuertemente por los brazos, anticipando el descuido de Fathon quien se acercaba a la pequeña con un aire retorcido y sinisestro. Acarició su cabello mientras yo trataba de safarme de la presa de Kek.
  La pequeña gritó cuando un delicioso y adictivo olor lelgó hasta mi. Tardé un segundo en comprender que era, y lo hice cuando Fathon se movió un poco y pude ver la escena. Tenia un afilado anillo y el hacia cortes a la pequeña por todas partes. La sangre se derrabama por su palido cuerpo como una tentadora danza.
  Aleth fue la primera en acercarse, casi senti enviadia cuando lamió una de las heridas de la pequeña.
  Mi mente se dividió en dos, la que creia la escena repugnante y la que queria formar parte de ella. La quemazon en mi garganta se hizo mas fuerte a medida que el tentativo y lujurioso olor llagaba a mi. Hasta el punto que no pude resistirme mas, la parte indecente ganó en mi cabeza, y lo unico en lo que podia pensar era en sangre.
  —Dejala—ordenó Fathon a Kek.
  Me acerqué lentamente, apenada por toda la sangre que habia caido al suelo, ¡desperdiciada! La niña gritó cuando me paré frente a ella, esta vez, fue musica para mis oidos.
  —Lo siento—mi voz fue tan sarcastica como nunca me lo imagine. Tenia esa mezcla perfecta de ternura y maldad.
  Toqué la sangre que bajaba por sus acders con mi dedo y me lo llevé a los labios. ¡Esa sensacion! Fue un cosquilleo sublime.
  El rojo oscurecio su blanco cuerpecito mientras sus gritos llenaron el espacio vacio entre los arboles.
  Miré la luna, y me pareció que me da permiso para hacerlo, asi que... mejor no desobedecerla. senti como mis incicivos se volvian mas grandes y afilados, el momento perfecto.
  Y con la niebla perpetua como unico acompañante de mis perversas andansas, clavé con delicadeza mis dientes en su blanca piel.
  El liquido calido e indescriptible se deslizó suavemente por mi garganta. Sentí un estremeciemiento de placer mientras la luna sostenia como cruel retrato la lujuria infernal de la vida eterna.
  Era vida, estaba muerta, y su sacrificio sin premeditacion me habia devuelto a la vida. Sentia sus jadeos como el cantar de angeles oscuros. Los latidos de su corazon eran rapidos y descontrolados, apaciguaban mi sed. No podria describir su sabor, seria como describir el infierno, y nadie podria enterderlo, a menos que hubiese estado alli. Lo unico que podria decir, es que, mientras ese pequeño corazon de cristal se rompia en incesantes formas de dolor, mi deseo encendia una llama de hielo maligna que ahogaba mi alma torurada en el juicio de la razon.
  Los latidos de su coazon se volvieron cada vez mas lentos, hasta que al final, terminaron. senti pena por ella, pero digamos que murió en paz. Me parté de ella cuando la sangre perdió un poco de calor, asi no era tan deliciosa, me limpié la boca con el dorso de la mano y observé el rostro de la pequeña con curiosidad, parecia que habia sufrido, pero bueno, asi es la vida.
  Fathon colocó las manos sobre mis hombros e hizo que retrocediera.
  —Lo has hecho muy bien—me susurró al oido y depues me indicó que fuera con Raiquen y Kek, y asi lo hice.
  Raiquen parecia triste, su rostro no se habia inmutado, peros sus ojos... me hicieron sentir mal. Y Kek, bueno Kek parecia enojado.
  Aleth y Bastet desataron a la pequeña que cayó haciendo un ruido sordo. Sus muñecas estaban rojas y la soga le habia dejado marcas terribles, tenia cortadas en casi todo su torso y las pequeñas marcas de mi mordida dentro de la mancha negra de mi lapiz labial.
  Bastet desapareció de un momento a otro y Aleth cubrió a la pequeña con el rasgado vestido.
  —Llevatela, Raiquen—ordenó Fathon. Raiquen me tomó suavemente por el brazo y tiró de mi, pero opuse resistencia.
  —Quiero quedarme—protesté con mi voz aun cargada de esa extraña mezcla.
  —No creo que quieras hacerlo.
  —Pero...
  —Vete con él—ordenó de neuvo esta vez con un argumento muy convincente, se apoderó de mi cuerpo de nuevo y me hizo caminar.
  Queria ver que seguia, que iban a hacer con ella, pero cuando el efecto de Fathon paso Raiquen me tomó mas fuerte por el brazo. ¡Todos eran mas fuertes que yo! Eso no era justo.
  Raiquen me arrastró por el bosque, aun podia ver el prado desde alli, Bastet levantaba el cadaver de la niña mientas Fathon y Kek recogian leña y Aleth... Tomaron a la niña y la pusieron en la pila de madera que habian recogido los hombres, Aleth buscó entre los arboles un hacha y le cortó la cabeza a la pequeña, despues, prendieron fuego a la madera y el cuerpo de la pequeña comenzaó a quemarse levantando un espeso humo negro que olia horrible.
  — ¿Por que lo hacen?—pregunté sientiendome mal al ver eso.
  —Es complicado... y no te importa.
  Uy. Pobre niñita... pero, fue necesaio al fin y al cabo, bueno, todos tienen que morir algun dia. Lastima que hoy fuera el dia de la pequeña, ¡tan joven!
  —Claro que me importa. Al fin y al cabo, yo...
  —Lo sé, pero eso no te da derecho a saber.

  Hice que soltara mi brazo con un movimiento que ni siquiera calculé y me quedé de pie como una niña mimada de cinco años.
  —Camina.
  —Dime por que...
  —Mira, Moon, no estoy para niñerías, así que camina de una vez por todas o yo...
  —Oops, demasiado tarde...—grité mientras corría de voladas por entre los arboles.
  No sé como pude hacerlo tan rápido y sin caerme. Las hojas caídas y secas se levantaban en una ventisca cuando pasaba cerca de ellas. Escuchaba el trote de Raiquen a distancia, pero no me volví para verlo cuando tenia cientos de arboles que esquivar. No calculaba mis movimientos, no sabia como mi cuerpo se movía sin recibir la orden de mi cerebro, era tan genial.
  Lastima que la dicha no me duró más de un minuto. Sentí una fuerte presión en mis hombros y después caímos dando vueltas hasta que nos dimos de bruces en un árbol, por lo menos él fue el que se golpeó en la espalda y yo caí sobre él.
  — ¿Estas bien?—era un idiota arrogante, pero aun así...
  —Sí, ¿y tu?
  —Eso creo—me levanté para darle espacio, todo me daba vueltas. Así que así se sentían los ebrios.
  Él se levantó algo mareado, al igual que yo, pero pude vislumbrar una leve sonrisa en sus labios.
  —Tenemos que irnos, no voy a meterme en problemas por tu culpa—su voz se volvió ruda de nuevo y su sonrisa desapareció.
  — ¿No me lo dirás?—negó con la cabeza—No quiero ir.
  — ¿Crees que yo si?—se puso de pie y me tendió la mano para ayudarme, dudé, pero aun asi no iba a perder la oportunidad de tomarle de la mano en gesto amistoso... No por eso deja de ser un idiota.
  Lo seguí a paso lento por los arboles. O, bueno, no lo seguí, él me llevó de la mano como si yo fuera una niñita perdida en el parque, pero a mi me agradó.
  —Dijiste que no querías ir—mencioné como de pasada. Mientras mas cosas supiera sobre esas personas, mejor.
  —Menciona algo de eso frente a ellos y te juro que no me temblara la mano para arrancarte la cabeza.
  —Me gusta mi cabeza donde esta.
  —Entonces mantén la boca cerrada—me miró de reojo con una expresión extraña y se detuvo, cerrándome el camino— ¿Fathon te hizo algo?
  — ¿A que te...? —me callé cuando comprendí a que se refería—No... él lo intento pero Bastet llegó justo a tiempo.
  —Entonces tendremos que fingir—me asustó un poco su tono de voz, pero aun mas, cuando me tomó muy fuerte por el brazo y me arrinconó en un árbol.
  — ¡¿Que diablos...?!
  — ¿Cuantas veces debo pedirte que te calles?
  —Vale me callo... idiota.
  Se apretó el puente de la nariz como si tuviera migraña, ¿los vampiros pueden tener migraña? por que eso seria horrible, el chiste de eso es ser inmortal y no enfermarse.
  —Vamos a escapar—dijo despacio cada palabra como si yo fuera una tonta—Fathon tiene una mala costumbre con las vírgenes.
  — ¡Que asco!
  —Cállate—suspiró y me soltó el brazo, uy, sí, que alivio—Vamos a escaparnos y cuando volvamos quiero que des tu mejor actuacion—lo miré con curiosidad y él suspiró perdiendo la paciencia. Que divertido—Fathon dice que cuando pasas a formar parte de nuestro mundo pierdes el alma y la conciencia, por lo que la inocencia no es algo que encaje en nuestra sociedad.
  — ¿Y Bastet y Aleth..?—él asintió—Eso repugnante. ¿Como es que ellas siguen tan cerca de él? Te juro que sí él me hubiese puesto un sólo dedo encima le hubiese cortado la cabeza mientras dormía... y tal vez también hubiera cortado otras cosas que no voy a mencionar.
  —Aun no las conoces. Tu harías eso por que de seguro para ti seria un ultraje, para ellas... bueno, es diferente.
  —Pero... creí que Aleth era tu prometida.
  —Eso no significa que sea mía.
  — ¿A que te...?—y eso demuestra que no le importo ni a las ardillas. Lo seguí como una completa idiota por entre los arboles sin saber si me decía la verdad o si sólo quería ponerme en bandeja de plata para Fathon, y si fuera así, ya eran dos los que iban a terminar sin cabezas, aunque tendria que conseguir y una sierra y... ¿la lima de uñas cortara cabezas? mmm... no.
  —Por lo menos no te hizo nada—dijo en tono duce.casi me dieron ganas de pellizcarle las mejillas como si fuera una tía solterona—No te lo mereces, después de todo fuiste quien nos libero del mausoleo—y hasta ahí llegó el encanto, pudo haber dicho que no me lo merecía por que era una niñita increíblemente adorable, ¡pero no!—Te responderé antes de que preguntes. Me casare con Aleth por que hay alguien más arriba de Fathon que me lo ordena, aunque el matrimonio no vaya a tener validez. Lo que pasa cuando tomas a una vampiresa por primera vez es que se convierte automáticamente en tu mujer, ningún otro vampiro u humano puede tocarla, por eso Fathon esta tan obsesionado, tiene varias chicas en Rumania e Italia, y decidió traer a Aleth y Bastet por que para él han sido las mas hermosas. No tienes idea de lo horrible que es decirle padre.
  Ok, no era tan idiota, tal vez sólo un poquito. Era lindo, si le quitas lo arrogante, prepotente, soberbio, maleducado y cascarrabias, sin olvidar el que casi mata a mi mejor amigo.
  —Lo siento—he aquí una respuesta inteligente para una situación sentimental.
  —Lo peor es que estoy atrapado aquí. Y yo lo lamento mas por ti, por que por un pequeño error de cálculos ahora estas atrapada aquí, también. Si yo hubiese sabido que esta seria mi vida, hubiese pedido que me mataran—oh, genial, y tenia que recordarme que el ser que mas había odiado en la escuela ahora estaba muerto por mi culpa.
  Me recosté en un abeto negro como una tonta y él se acercó como si fuese un niñero que no puede dejar por ahí a su niño encargado.
  — ¿Que tal te va con la altura?—me sonrió, sé que no fue del todo sincero, pero...
  Saltó alto hasta agarrarse de una rama, se columpió un par de veces para impulsarse y se sentó en la rama. Eso no era nada especial, hasta yo podía hacerlo, pero la rama estaba muy alta, asi que el problema era del árbol... Raiquen subía como una araña por entre las ramas, y una muy buena araña alpinista, era rápido, mucho, y subía con mucha gracia, conté hasta dos antes de verlo en la copa del árbol. Bien, no iba a quedarme aquí como una idiota. Salté, y salté, y salté... y salté hasta que alcancé la estúpida rama. Me sentí muy orgullosa de mi misma, después me balanceé, ¿y ahora como diablos voy a hacer para subirme? Bien, hay que pensar con cabeza fría, ¿que hago? Como una tarada de tiempo completo, subí un pie primero y luego con mucha dificultad subí el otro, y las tontas medias de malla se rompieron un poquito. Desde ahí fue fácil, me aferré al árbol para pararme en la rama, con un equilibrio perfecto, y después tomé la otra rama, y la otra, y así hasta llegar hasta Raiquen, tardé cinco segundos mas que él, pero ¿quien sube una árbol en siete segundos? ¡Era todo un record!
  —Cuando lleguemos en la mañana, quiero que finjas que tu y yo...—no me sonrojé, por que bueno, no pude sonrojarme, pero aun así aparté la mira avergonzada—... y quiero que finjas que tu no querías, quiero que frente a ellos me odies, por que quiero que Fathon piense que su hijo le ganó por primera vez.
  No habría que fingir mucho si quería  que hiciera como si no mm agradara, pero, ¿como fingiría que...? Eso no se puede finjir, pero tenia que. Tal vez me comportara como una traumada o una loca de esas que encierran en habitaciones acolchonadas. O tal vez intentara llorar y... ¿por que él estaba haciendo esto por mi? ¿Que parte de te odio yo y tu a mi, somos una familia infeliz no entendía?
  Miré la luna con una nueva clase de remordimiento. Estando ahí abajo no me había detenido a pensar en ello, pero aquí lo veía todo mas claro, algo aquí me había dado una perspectiva mas amplia de las cosas. Tanto odiaba a Bastet por acabar con Keith y ahora yo no era mejor que ella. También era una asesina.
  Sentí una presión en el corazón, supuse que era la culpa, aunque en ese momento, no podía dejar de pensar en que era la pequeña haciéndome saber que había sentido. ¡Era horrible! Quería ahogarme en mis propias lagrimas, si tan sólo hubiese sido capaz de llorar.
   —Acostúmbrate—fue lo único que dijo Raiquen.
  Conté los minutos para ocupar mi cabeza en algo que no fuera el hecho de ser una asesina. Pasaron noventa y cuatro minutos y veinte tres segundos antes de que Raiquen saltara del árbol. Y no podía moverme, la presión en mi corazón se hacia cada vez mas fuerte, ahora si estaba segura de que era ella, y no podía soportarlo, la veía por todos lados, incluso en la luna.
  —Si no bajas ahora mismo me veré obligado a decirle a Fathon que estas sola en el bosque y que yo no hice nada este lapso de tiempo.
  Quizá debería ir a decirle, quizá me lo merecía, después de todo nada era peor a lo que había hecho, me merecía algo peor que lo que Fathon tenia preparado para mi. Pero, al fin y al cabo, soy una cobarde. Bajé temblorosa por las ramas y noté que aun había algo de humo en las lejanías, no me fue difícil adivinar de que era.
  —Con tu expresión no será difícil convencerlos, por lo general el remordimiento viene un día después.
  Caminé distraídamente detrás de él, no me importaba si me perdía o si él por alguna razón decidía matarme en ese instante, o si me caia a una fosa, o si me pisaba un tren, ya no me importaba nada.
  Llegamos pronto a casa, o por lo menos eso me pareció. Raiquen me agarró por la cintura cuando llegamos al casi destruido porche.
  —Ahora, solloza un poco y será mas creíble. Quizá podrías tratar de alejarte un poco de mi, o apartar la vista cuando te mire, o algo así, ya sabes como si estuvieras traumada.
  No seria demasiado difícil, ya lo estaba, pero no por esas razones. Ojala y fuera por esas razones.
  Raiquen suspiró profundamente y sonrió macabramente. Yo me dediqué a apartar la mirada de aquella pequeña sombra que parecía estar pendiente de mi. Y él abrió la puerta con estrepito pomposo y cuatro pares de ojos voltearon a vernos. ¿O fueron cinco?

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