jueves, 22 de septiembre de 2011

The Punk Diary -- Day 5


28 de Octubre 
Las cosas son mejores si me quedo.

  ¡Mentira! No hay túnel, no hay luz, o pasa la vida delante de tus ojos. Agradecí lo último, no quería ver puras payasadas antes de morir. 
  Me froté el cuello otra vez antes de ponerme la estúpida bufanda. Había madrugado, y de seguro sería la primera vez en la vida que llegaría temprano a la escuela. Pero era necesario, quería revisar primero que no hubiera ningún tipo raro que drogara gente.
  Nahh, la verdad eran demasiadas emociones en tan pocos días me habían dejado exhausto. Quería ver a Moon, quería abrazarla y decirle alguna estupidez solo para ver su sonrisa.
  Esperé afuera el autobús. Como era de suponerse no se detuvo, tuve que silbar lo más alto que podía para que se detuviera. Como siempre llegaba a la hora del receso, o a la segunda hora, el autobús había dejado de molestarse en detenerse en mi casa, de hecho no pasaría por allí si cerca no viviera Brooke.
  Suspiré y subí las escaleras buscando donde sentarme. Todos pusieron sus mochilas en el asiento de al lado, una seria señal de que nadie me quería sentado con ellos. 
  Suspiré y me acerqué a uno de los nerds. Lo miré lo más amedrentador que pude, y lo único que pudo hacer el empollón fue pararse de inmediato temblando para cederme el puesto.
  Ser algo así como el brabucón tenía sus ventajas, aunque en realidad no lo era, solo tenían miedo de mi aspecto un poco diferente. 
  Suspiré y teóricamente pegué el rostro a la ventana, preguntándome si el hombre había matado a los chicos, si ya habían encontrado sus cuerpos, y si habían recuperado en teléfono de Drew.
  El hombre me puso a pensar otro poco más, ¿por qué diablos me parecía tan familiar? No tenía nada especial, nunca lo había visto y era un asesino secuestrador.  
  Fui uno de los primeros en bajar cuando llegamos a la escuela. Empujé un par de gente y bajé esperando ver a mi pelirroja bajarse del auto de sus padres. Me senté en uno de los barandales de las escaleras del porche mirando disimuladamente el aparcamiento.
  —¿Cómo está tu cuello, hermano?—saludó Drew extendiendo su mano. Estuve a punto de estrechársela cuando me di cuenta de que ese no era el saludo que buscaba. Choqué nuestras manos y él se sentó en el barandal.
  —¿Tu cuello?—preguntó una vocecita más que conocida, adorable, el coro de los ángeles, la canción más hermosa que podía recordar mi mente.
  Volteé la cabeza para verla recostada en la puerta con sus jeans rasgados favoritos, sus botas que la hacían ver más alta, su suéter de rayas largo. Llevaba una cola de caballo que recogía a la perfección y de la más hermosa y delicada forma su cabello color rojo sangre. Su piel parecía más pálida que de costumbre, quizá por que se había puesto un poco más de lápiz labial negro y sombra de ojos más oscura que nunca, pero aun así parecía un ángel... el más perfecto de los ángeles oscuros. 
  —Emm.. emmm...—involuntariamente me llevé las manos al cuello. Volteé a regañadientes a ver a Drew  y le dediqué una mirada envenenada—¿Y cómo están tu celular y tu billetera, viejo? —imité su acento y me levanté para posarme al lado de mi hermosa pelirroja.
  —Golpe bajo—susurró Drew jugando con sus dedos.
  —Y con eso me quedo muy claro, gracias—susurró, sarcástica, y haló de mi bufanda hasta quitármela. 
  —¡Moon! —casi grité arrebatándole la bufanda de las manos. Pero ya que, ella ya había notado el corte en mi cuello.
  —¿Te mordió un vampiro mueco?—susurró llevando su mano a mi cuello y tocando levemente el corte. Di un pequeño salto e hice una mueca. Llevé mi mano a mi cuello y tomé la suya delicadamente. Era tan suave, tan pequeña, tan delicada. 
  —Nada, princesa—me deleité con el hecho de que ella no soltaba aun mi mano, ni se quejaba por ello. La miré a los ojos tratando de no perderme en ellos como lo hacía siempre. Me entraron unas ganas incontrolables de besarla, pero no podía, no quería que me golpeara... ahí.
  —Eso no parece nada.
  Suspiré y le sonreí, lo más dulce posible. 
  —¿Qué tal si vamos a la fuente de soda? Necesito un día libre—ella sonrió y comenzó a bajar las escaleras a paso de rayo. Apreté fuerte su mano y corrí con ella, cansado por el día anterior, pero corrí.
  La fuente de sodas no estaba muy lejos, y era uno de los mejores lugares para pasar el rato. Sus malteadas era las mejores y el lugar estaba lleno de video juegos.
  —¿No vas a decirme? —preguntó sacudiendo nuestras manos aun unidas. Negué con la cabeza—Se nota que confías mucho en mi—hizo un lindo puchero que me derritió al instante.
  —Ayer fuimos casi asaltados Drew y yo—contesté sin poder dejar de verla. Su expresión paso de linda a sorprendida en un instante.
  —¿Solo te hicieron eso? —se detuvo observando mi cuello, preocupada.
  —Sí, pero a Drew le quitaron su teléfono y 7 dólares —sonreí y seguí caminando esperando que se le olvidara el tema. Ella enarcó una ceja y caminó sin pronunciar palabra.
  Me mantuve alerta hasta llegar a la fuente de sodas. A estas alturas no podía dar un paso fuera de mi casa sin sentir que saldría alguien del callejón a matarme. Ella se sentó en una de las mesas más alejadas de los juegos, eso me decía que hoy no jugaría a Masacres, y que nos iríamos pronto. Pedí un par de malteadas y me senté con ella.
  —Así que... casi te matan, ¿eh? Genial—susurró mientras tomaba la salsa de tomate y jugaba con la botella.
  —No fue nada, tuve suerte, alguien...—tragué saliva y miré hacia otro lado. ¿quién diablos era ese sujeto? No podía dejar de analizarlo tratando de averiguar de dónde venía o por que se me hacía tan familiar, pero no podía conectar nada en mi cabeza.
  —¿Alguien que? 
  Dirigí de nuevo mi mirada hacia ella y me recosté en la silla, pensativo.
  —Alguien llego a tiempo y nos sacó del apuro.
  Lo que vino después de la malteada no fue nada. Ella ni siquiera hablaba, terminó su malteada ay se levantó despidiéndose con su mano. No podía decir si estaba enojada, preocupada o triste porque por más que la conociera había cosas que no podía imaginar. 
  Pagué las malteadas lo más rápido que pude y salí siguiéndola sigiloso, tampoco quería que le hieran daño a mi pequeña. Prefería que me terminaran de cortar el cuello. 
  Y bien había hecho. Mi día no iba bien y taran, llegaban a empeorarlo. Me escondí detrás de un árbol cuando Keith se cruzó en el camino de Moon, cortándole el paso. Desde ahí no escuchaba que decían, pero al parecer a Keith le parecía sumamente divertido. 
  Estaba a punto de salir de mi escondite cuando sentí que alguien agarraba mi mochila. Me di la vuelta de un salto a punto de dar mi mejor golpe pero me quedé paralizado al ver quien lo había hecho.
  —No quieres meterte en más problemas—susurró señalando a Keith con la barbilla. 
 —Quizá si quiero hacerlo—respondí bajito observándolo detenidamente, la primera vez que lo observaba tan detalladamente. 
  —No puede ser que seas tan tonto—murmuró con tono socarrón dando un paso hacia atrás y levantando las manos—Adelante, ve.
  Tragué saliva y volteé la cabeza, Keith y Moon aun seguían ahí, él la sostenía de los hombres y ella parecía estar a punto de darle un golpe. 
  Di la vuelta de nuevo para ver al hombre. Tenía tantas preguntas rondando en mi cabeza sobre él, pero ya no estaba allí. Genial, había perdido mi oportunidad de oro.
  Suspiré y los volví a ver, Keith estaba en el suelo sosteniendo sus partes nobles y con una expresión adolorida. Moon pasó a su lado sin darle importancia y continuó con su camino. Reí por la expresión de Keith, ¡esa era mi pelirroja!
  Me alejé del árbol des andando mis pasos cuando noté algo que no había estado allí hace... 3 minutos. Me agaché para levantarlo y poderlo ver mejor. Era una cadena de plata con un símbolo extraño al final, tenía la forma de una cruz, solo que algo deforme y con unos picos irregulares. Le di la vuelta en mis manos un par de veces antes de notar una pequeña inscripción en un idioma que no entendía.
  Podía sentir de quien era esa cadena, no había duda. Apreté fuerte el puño y comencé a caminar de vuelta a mi casa. 

1 comentario:

  1. :O! de quien era la cadena?... y por que no habia leido esto antes?
    awwwwns una malteada con su pelirroja! hahaha me alegra muxo que moon haya puesto a Keith en su lugar, que no se meta entre ellos! hahaha awwwns, amo la forma de ser de dimitri cuando está junto a ella! es toda asi como que..... aaaaaawwwwwwns :3
    hahahah eres la mejor Luna! espero que pronto puedas volver a escribir! un beso!
    att
    withney
    soul-littlecorner.blogspot.com

    ResponderEliminar