lunes, 19 de septiembre de 2011

The Punk Diary -- Day 3

He aquí (al fin) el 3 día. Los últimos dos días no publiqué, aunque se supone que esto es un diario, principalmente por que en Colombia se celebraba el día del Amor y la Amistad (lo cual considero una estupidez) y mi papá se emocionó un poco con ello.
Pero bueno, no me quejó, después repondré días.
Por ultimo, anda chicos! ¿quién me recomienda un buen libro?


26 de Fucktubre
Levanta la voz cada vez que traten de cerrarte la boca.

  Orgullo se puede definir de muchas formas. Un ego elevado, una forma de sentirse bien consigo mismo, incluso como insulto a ciertas personas. Pero lo que significaba orgullo para mí en ese momento, era un aprecio casi inigualable por algo hecho, aunque ese algo me hubiese traído consecuencias.
  Estaba orgulloso de haberle pegado a Keith, de haber hecho que se lo llevaran a él y a su perro a la estación de policía por haber invadido la casa de la anciana, pero más que todo eso, estaba orgulloso de haber defendido a Moon aunque ella no supiera que la había defendido. 
  Y las consecuencias, simples, estaba castigado hasta la universidad, ósea para siempre por que no pensaba ir a la universidad, y la verdad no pensaba que fuera a aprobar el año.
  Subí un poco el volumen de la música y me acosté en mi cama ignorando el sonido de las patrullas afuera. Otro muerto, otro herido, otro robo, me daba igual, ya me había acostumbrado a vivir en uno de los barrios más peligrosos de toda la ciudad. 
  Entonces escuché algo que si me preocupaba. Un disparo retumbó por encima de la música haciéndome dar un salto. Me levanté de inmediato y bajé las escaleras a toda velocidad buscando como loco a mi madre, nunca se sabía cuándo una bala podía entrar en una casa por error. 
  Ella estaba de pie en  la cocina mirando los restos del plato roto en el suelo, pero viva que es lo importante. Suspiré y me incliné para recogerlos.
  —Me asusté con el disparo, se sintió muy cerca—se disculpó agachándose para ayudarme.
  —Yo pensé que te habían matado—tomé los pedazos en mi mano y me levanté para arrojarlos a la basura.
  —Claro, y así podrías quedarte con la herencia, ¿no?—rió bajito y salió a la sala de estar. ¿Que tenia de divertido eso? Ella era lo único que tenía, aparte de Moon que en realidad no la tenía, ¿y pensaba que era divertido su muerte? Mi madre estaba mal de la cabeza. 
  Odiaba pensar en que ella era lo único que tenía. ¿Dónde diablos se había metido mi padre todo este tiempo? No lo concia, y podría decir que no me importaba, pero la verdad si me importaba. No tenía nada que me dijera quien era él, ni una foto, ni una carta, ni una descripción, ni si quiera sabia como se llamaba, y cada vez que podía mi madre evadía el tema. 
  Suspiré y oí la puerta abrirse, Genial ahora se iba a trabajar con riesgo a que la mataran en la acera. Suspiré y me asomé por la ventana, los policías aún estaban afuera vigilantes pero no parecían haber capturado a nadie. Esperé a que mi madre se alejara bastante para salir a ver qué pasaba.
  Los policías me miraban como si yo fuera el ladrón, o lo que hubiese estado rondando y disparando. Ya estaba acostumbrado, ellos no podían ver a nadie un tanto distinto por que de inmediato lo relacionaban con criminales.
  Ni siquiera había dado tres pasos antes de sentirme observado, y no por los hombres de azul precisamente. Di un par de vueltas observando a mi alrededor, pude notar a alguien detrás de uno de los postes gruesos de energía, no veía bien su rostro ni su figura, pero era más que obvio que los policías no lo habían visto.
  Cerré la puerta de mi casa de un golpe y me aventuré hacia el poste. El jefe de policía no me quitó la vista de encima ni un segundo, bufé y estuve tentado a mostrarle el dedo de en medio, pero no quería más problemas en mi lista de castigos. 
  Noté que el que hubiese estado escondido allí ya se había ido, pero aun podía entrever la sombra alejándose por uno de los callejones. Aceleré el paso sin perderla de vista y entré al callejón.
  —Woodhouse—llamó el jefe de policía. Lo ignoré como estaba acostumbrado a hacer y mantuve la vista fija en la sombra—Woodhouse, vuelve aquí.
  Suspiré, como si él tuviera la autoridad para ordenarme hacer algo... quizá la tenía, pero no me interesaba. 
  La sombra volteó la cabeza para verme. Era un hombre. Bien eso había sido obvio desde el principio... aunque también pudo haber sido una mujer muy bien alimentada. Algo en él se me hacía familiar, como si ya lo hubiera visto antes, pero no sabía que era, y no recordaba haberlo visto antes.
  Volvió la vista al frente y comenzó a correr. Tomé aire y comencé a correr detrás de él, si corría era porque no le convenía ser atrapado, sabia de eso.
  El hombre saltó la valla al final del callejón y siguió corriendo aún más rápido. Tomé impulso y escalé la reja como pude, di la vuelta en la cima y salté de nuevo al suelo, corriendo detrás de él. No entendía por qué la policía no lo perseguía, era obvio que él había tenido que ver con el disparo.
  La gente volteaba a vernos cuando pasábamos, ¿y ellos que diablos? ¿no conocían el significado de la palabra ayudar? ¡Eso les pasaba por ir a la escuela!
  Traté de acelerar el paso para alcanzarlo, pero era notablemente más rápido. Di un par de vueltas en una esquina, traté de seguirlo, pero la verdad, era demasiado estúpido como para haberlo mantenido en mi rango de visión. Me detuve en seco pensando a dónde diablos pudo haberse ido.
  No habían muchos lugares cerca, a menos que...
  Traté de ser cauteloso y me acerqué a la puerta de hierro del restaurante. Le di un leve empujón observando de soslayo hacia adentro. No había mucho, solo los cocineros y los meseros algo apurados. Tragué saliva y abrí de poco a poco me agaché y cuando la puerta estuvo abierta a medias entré inclinado tratando de no sobrepasar la altura de las mesas. Me arrastré teóricamente por entre los pies de los cocineros rogando que no miraran hacia abajo. Entonces lo vi.
  Llevaba una chaqueta de cuero rojo envidiable, y unas botas negras, igualmente envidiables. Quizá pudiera fingir tener un arma y quitarle las botas y la chaqueta. Era alto y de cabello oscuro, un poco largo, también era pálido, y sus ojos verdes resaltaban bastante en sus ojeras.
  No entendía por que los cocineros no lo sacaban a patadas, caminaba como si nada por la cocina, como si trabajara allí.
  Me metí debajo de unas cuentas mesas de postres y llegué hasta donde estaba, la puerta principal por donde salían todos los meseros. Esperé a que uno de los meseros llegara con uno de esos carritos donde lleva las ordenes y fui con él. Al salí de la cina me levanté como si nada, sin dejar de mantenerme alerta.
  Al menos hay nadie me miraba como extraterrestre. Busqué con mi mirada al hombre pero no pude hallarlo.
  Dimitri, oficialmente eres un imbécil.
  Suspiré y busqué en mis bolsillos algo de dinero, si ya estaba ahí lo justo era que comiera algo, pero lo que tenía me alcanzaba solo para el pan rancio que dan gratis al sentarte en una mesa.
  De pronto me vi rodeado por un par de brazos que me alaban al pasillo que conducía a los baños. Miré hacia abajo y lo único que pude ver fue las mangas rojas de cuero antes de perder mi mente por completo.

1 comentario:

  1. WOW! y eso?
    quien es el cabrón que se atrevió a tocar a mi dimitri!
    argh, es que me encabronan!
    y esos policias que?! se entretienen con mirar la cara linda de mi dimitri y les pelo que estuviera el xavo huyendo! LA IGNORANCIA POR DIOS!
    hahaha Luna, estoy adirtiendo que si no se de ti pronto, EMPEZARE A STOCKEARTE! hahaha eres muy buena Luna, meterte de esta manera con un personaje tan compleljo y angelical...
    un beso guapa, sabes que eres lo maximo!
    att
    withney

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