domingo, 12 de diciembre de 2010

Capitulo 10


Me planté frente a la ventana, contando los segundos para que Eleazar volviera. Aunque, claro de eso no estaba muy segura.


Llevaba mucho tiempo esperándolo allí, y no volvía. ¿Y si había vuelto al castillo? ¿Y si se había enfrascado de nuevo en la pelea? No podía decir que no era lo suficientemente idiota como para hacer eso, después de todo, no lo conocía tan bien como para estar segura de que no había vuelto para vengar a Eldor.


Suspiré. Ese había sido el principal objetivo de los cazadores todo el tiempo, Eldor, claro, el líder, y, por ende, el concejo.


Tal vez para este momento todos los miembros del concejo estarían muertos también. Al igual que todos los mortales Sunners, los vampiros que hubiesen quedado a la deriva en medio del bosque, y, los humanos. No podía hacerme esperanzas de que Dimitri saliera vivo de allí, no era mas que un humano, y, por mas bien que conociera el mapa del castillo, era poco probable que saliera de allí.


De hecho, no podía hacerme ilusiones con que nadie saliera vivo de allí. Ya daba por muertos a Raiquen y a Ife. No sabia si quería dar por muerta a Lenneth, así que, aun no lo había hecho.


Maldije el hecho de que Bastet, Aleth y Fathon no hubiesen decidido venir al castillo. Si alguien merecía morir, esos eran ellos.


El crujido de la ventana me sacó de mi ensueño. Bien, por lo menos me quedaba Eleazar.


Me arrojó unas cuantas ropas y yo me escondí tras unas cuantas ruinas para cambiarme. Si íbamos a tener que ocultarnos por un tiempo en la ciudad, no podíamos hacerlo con ropas del siglo XIX.


Eso sonaba de un modo extraño, pero reconfortante. Dos semanas atrás había pensado en el castillo como algo maravilloso, y ahora sólo podía verlo como un nido de muerte y desolación. Tal vez eso había sido siempre, y yo no había querido darme cuenta de ello.


No me fijé si aquella ropa entraba en los cánones de mi gusto, tenia que conformarme con ella. Salí de detrás de las ruinas y me encontré con Eleazar, incluso tenia lentes de sol, pero lo entendí, ojos rojos era peor que ojos distintos, como los míos. Ahora podía hacerme una leve idea del porque de mi ojo amatista, la mezcla de azul y rojo.


—¿Vamos?—preguntó desconsolado.


—¿Y la carta?—le pregunté mirando la pila de ropa que había dejado a un lado. Eldor se la había dado cuando yo había huido del salón, y, le había hecho prometer que la abriría sólo si algo legaba a sucederle. sólo que, Eleazar no quería leerla.


—No importa. No hubo nada que Eldor no me dijera antes—siguió el rumbo de mi mirada mientras hablaba.


—¿Cómo puedes saberlo?


—Sólo lo sé.


Era un tonto. Bueno, se parecía mucho a los tontos del instituto, su comportamiento era el de un niño y su imagen de adolescente. No podía acostumbrarme a la idea de que mi padre se viera como chico de veinte y se comportara como uno de cinco.


Me acerqué a la pila de ropa y rebusqué en los bolsillos de su chaleco hasta hallar la carta.


—Yo quiero saber que dice—rasgué el sobre sin dañar el bonito sello de cera. Dos espadas cruzadas con una copa en medio. Saqué el elegante papel y me preparé para abrirlo.


«Encuentra los viales»


Era lo único que decía. La caligrafía era perfecta y la letra elegante, pero, sin firmas, sin dedicatoria, sin fecha, sin nada mas que esas tres palabras.


Eleazar se paró a mi lado para leer lo que yo leía.


—¿Que viales?—le pregunté revisando el sobre, asegurándome de que no hubiese otro papel escondido que dijera algo mas interesante que eso.


—No lo sé—me arrebató la carta y comenzó a darle vueltas. Rasgó el papel muy cerca de la orilla y, ahí dentro, había otro papel. Él definitivamente sabia donde buscar.


—Los viales de sangre—comenzó a leer—son algo que creí que necesitaría después de mi muerte. No voy a especificar donde están porque, si esta carta no llega a manos de mi querido hijo Eleazar, no quiero que caigan en las manos equivocadas. Así que, es tu trabajo buscarlos, ya sabrás donde están, te lo aseguro. Por lo pronto, para que comprendas a que me refiero, los viales de sangre contienen aquello que te dará las marcas características de un vampiro de sangre real. Sé que se supone que soy el único, pero he encontrado la formula para que otra persona también pueda serlo, y, nada me enorgullecería mas que los fueras tu. No sé si es pronto o no, pero, saluda a tus hijos por mi, espero que no sea demasiado pronto para eso, y si lo es, lo siento, no quería que te enteraras de esta forma. Por lo demás, sólo te pido que encuentres los viales, y, jamás le comentes de ellos a Fathon, tu sabes muy bien la razón.


Le dio vueltas al papel en su mano para después rasgarlo y arrojarlo al suelo.


Viales, ¿eh?


—No se supone que el vampiro de sangre real es quien...


—Sí—respondió él secamente.


Pero, la verdad, no debía importar. ¿A quien se supone que gobernaríamos si todos debían estar muertos?


—Vámonos—pisoteó el papel y corrió hasta la ventana, mucho mas productivo que subir las escaleras y salir por la puerta del frente.


Esto era lo único que habíamos conseguido para escondernos, el sótano de una vieja caballa al borde de la destrucción, pero era mejor que quedarnos afuera esperando a que el sol saliera y nos volviera cenizas.


—¿A donde vamos?—pregunté mientras saltaba hasta la ventana. Me agarré del marco y me impulsé hasta afuera.


—A buscar los viales—susurró con aire críptico.


—¿De verdad?—entrecerré los ojos a la espera de la respuesta.


—Fathon sigue vivo. Y, Eldor especificó que Fathon no debía tenerlos.


—Tu siempre fuiste el hombre de confianza de Eldor, y nunca te dijo sobre ellos, así que, ¿porqué lo sabría Fathon?


—Por que Fathon, al igual que Eldor, puede leer las mentes.


—Creo que si supiera sobre eso no tendríamos oportunidad de encontrarlos, Eleazar, él ya debe tenerlos.


Lo reconsideró por un momento. Yo tenia razón... Wow, ¡tenia razón! Ahh, hacía mucho que eso no pasaba.


—Aun así...—respondió él mientras comenzaba a caminar en la dirección del castillo.


Debíamos pasar primero un pequeño pueblo, así que no podíamos ir tan rápido como me gustaría haber ido. No entendía por que debíamos ir al castillo, ¿y si aun estaban los cazadores allí? Yo no quería arriesgarme de esa forma... y mucho menos arriesgar a la única persona que me quedaba.


Así que, había conocido a mi madre, al fin la había visto, ¿para después suponerla muerta? Eso no parecía nada justo.


Lo seguí a paso firme hasta el pueblo. Había mucha gente allí, todos tan apetitosos... pero no, no quería matar a nadie hoy, no cuando aun estaba llenita por aquel cazador que haba dado su vida para mi alimentación.


Comenzamos a caminar a paso humano, era estresante y horrendo, pero, parecía como si él quisiera pensar por un rato, porque, ¿no podíamos tan sólo andar por los tejados? No dije ni mu, si él quería pensar, que pensara, aunque para mi sólo significaba sed al ver a los humanos tan cerca y melancolía al tener tanto tiempo libre en mi cabeza para pensar en todo lo que había perdido.


Entonces sentí un olor que definitivamente no era de un humano. Pude oír los suaves pasos cerca de allí, pero no podía oír el latido de su corazón. Había otro vampiro cerca.


Me detuve para ver a mi alrededor, pero sólo habían humanos. Bien, ¿y si era un vampiro malo como Fathon o Bastet? O, peor aun, ¿y si eran ellos?


Eleazar se detuvo al ver que yo lo había hecho.


—¿Que te pasa?—señaló hacia delante, por el camino que debíamos seguir. Pero, debíamos cuidarnos la espalda, si es que era Fathon.


Los gráciles pasos se oyeron aun mas cerca. Quise poder correr a mi nueva velocidad normal para alcanzarlo, pero no iba a delatarme ante toda esa gente así de fácil. Me en caminé en la dirección en la que se sentían los pasos, directo a un callejón.


Eleazar me siguió hasta allí. No veía a nadie por allí... a menos que... Me adentré hasta lo mas oscuro del callejón y salté hasta agarrarme de una parte alta del muro, pero no había saltado lo suficientemente alto como para llegar a la cima del edificio, así que, enterré mis dedos en los adoquines y comencé a escalar.


—Baja de ahí—susurró Eleazar. No lo miré, seguí escalando hasta llegar a la cima del edificio.


Suspiré y observé al vampiro que había allí, estaba de espaldas y tenía la capucha de la capa, así que no pude identificarlo. ¿Y si de verdad era Fathon? Bueno... no creía que Eleazar dejara que Fathon me hiciera algo de ser él.


Me acerqué a él, dudosa. Fathon podía hacer que la gente hiciera lo que él quisiera, así que, Eleazar y yo no teníamos oportunidad, después de todo.


Aquel vampiro se dio la vuelta.


—Estas viva—susurró con una sonrisa.


No entendía por que, pero también me sentía aliviada de verlo.


—Tú también—lo señalé con un gesto teatral. Sus ropas estaban intactas, por lo que supuse que no había tenido que enfrentarse a nadie—¿Como...?


—Simple, me escabullí por el bosque cuando oí a los licántropos y... bueno, maté a una familia para esconderme en su casa. ¿Y tu?


—Alguien me ayudó a salir—suspiré y miré al suelo. Dimitri me había ayudado y yo no lo había ayudado a él. Debía estar muerto y era mi culpa—Perdón.


—¿Por que?—se acercó a mi examinando mis ropas como si fuesen una porquería. Recordé que él era de siglos pasados y no le di importancia al asunto.


—Por juzgarte mal—lo miré a los ojos para darle crédito a mi disculpa—No debí haber supuesto que serias malo sólo por ser hijo de Fathon, después de todo, me ayudaste. Además, Fathon es hijo de Eldor y es malo.


Miró hacia otro lado con los ojos llenos de tristeza.


—Esta muerto, ¿no?


Me limité a asentir. ¡Era horrible! ¿Cómo podía un doctor salir tan tranquilo a decirle a alguien que un pariente esta muerto?


—Moon—susurró Eleazar detrás de mi—Raiquen, me alegro de verte.


—Eleazar—saludó poniéndose una mascara de tranquilidad—¿Ibais a algún lugar en especial?


—Íbamos al castillo—respondí. A diferencia de hace dos semanas, ahora me parecía que podía confiar en él.


—¿Estáis locos? Aun deben haber cazadores allí.


—No los habrá, Raiquen, el sol debió quemar a los de nuestra especia, y los Sunners debieron ser acorralados y asesinados. ¿Para que se quedarían si ya no hay nadie a quien matar?—mi padre enarcó las cejas.


Raiquen suspiró y caminó hasta donde estaba él para saltar al callejón. Eleazar lo siguió y yo... aun no estaba muy segura de hacer eso, jamás había saltado desde tan alto. Cerré los ojos y me arrojé al vacío, conté los segundos hasta tocar el suelo con mis pies... ¡Había salido ilesa!


Caminamos por el pueblo atrayendo todas las miradas, a ropa de Raiquen no ayudaba mucho, pero al parecer a él no e importaba que nada en él fuera acorde con la época.


Cruzamos el pueblo un poco mas rápido de lo que pensábamos, y nos echamos a correr en la linde con el bosque. Ellos iban demasiado cautelosos, como si temieran que algún licántropo pirado fuera a salir de la nada a atacarnos. Yo confiaba en que no hubiese nadie por allí, y, si había un licántropo, pelearía, no me importaba mucho si me mataba.


El bosque estaba oscuro como boca de lobo, pero aun así podía ver cada detalle con absoluta precisión. Estábamos a punto de llegar, reconocía aquel camino, por que... bueno, podemos hacer la cuenta del primer vampiro desubicado de la historia, mi retentiva era perfecta, pero mi sentido de ubicación seguía siendo un asco, como el día en que había salido a dar un paseo y Eleazar tuvo que buscarme en el bosque antes de que amaneciera, ya que yo no tenía ni la menor idea de cómo volver.


Entonces pude ver el castillo. Ahora no era tan imponente como antes. Todo estaba calcinado y las paredes que habían sobrevivido estaban al borde del colapso, no parecía tan magnánimo ahora, semi destrozado e incinerado.


La imagen sombría fue reemplazada por el sonido de los pasos y las conversaciones dentro de él. No eran pasos pesados como los de los licántropos o los humanos, eran suaves y ligeros. Había vampiros allí, no habían logrado exterminar a la especia.


Miré a mi padre con una sonrisa, pero él no parecía muy animado. Entendí por que, iba a ser mas difícil encontrar aquellos dichosos viales si el castillo, o, mas bien, las ruinas del castillo estaban atestadas de gente.


Anduvimos a paso lento hasta allí. Raiquen observaba cada piedra con nostalgia, mientras que Eleazar parecía concentrado en lo que venia a buscar.


Entonces una voz macabra y perversa retumbó entre los pocos muros que quedaban. Conocía esa voz, la odiaba profundamente, la voz que no quería volver a oír jamás.


—¡Reclamó mi derecho!—dijo seguido de una carcajada. Los otros vampiros que habían allí gritaron en señal de apoyo.


Miré a Raiquen y noté aquella señal de odio latente. Eleazar observó el castillo y después, la mirada de los tres voló hacia aquella mujer que se contoneaba perfecta y maliciosa en la que antes había sido la puerta principal.


—Habéis llegado a tiempo—nos dijo con aquella voz que siempre lograba provocarme un estremecimiento. Recordé el momento en el que había dejado a Keith inerte en el suelo y no pude contener aquel rugido que vino después—Lastima que no se van a quedar aquí por mucho tiempo.


Sonrió macabramente, otro recuerdo de aquella noche. Dos altos y amedrentadores vampiros aparecieron a su lado, ella sonrió aun mas ampliamente y nos señaló con la barbilla. Los hombres se miraron entre sí, tal vez no nos hicieran nada considerando que mi padre había sido miembro del concejo de 12, pero... ya no había autoridad, Eldor no estaba, y tal vez el resto del concejo también estuviera muerto.


Raiquen se paró delante de mi en un gesto protector cuando los dos vampiros se perfilaron frente a nosotros enseñándonos los colmillos.


Entonces, todo sucedió muy rápido, incluso para mi. Los dos hombres corrieron hasta nosotros para matarnos, al igual que el demonio de Bastet. Eleazar miró a Raiquen y, el primero se detuvo delante de nosotros. Raiquen dio un giro hacia atrás y me tomó por la cintura para levantarme del suelo. Lo único que ví, entonces, fue el borrón del castillo mientras yo me revolvía en los brazos de Raiquen, quien corría directo al bosque, y, los dos hombres en la puerta del castillo tomaban a mi padre.


No pude ver si lo mataban o no, los árboles ahora me impedían verlo. Comencé a gritar desesperada... hasta que Raiquen me tapó la boca. Traté de zafarme, pero no me soltaba, era mas fuerte que yo.


Llegamos al pueblo de nuevo, demasiado pronto. Raiquen se metió por la ventana de una pequeña casa y me dejó en la sala de estar antes de correr a cerrar la ventana de nuevo.


Localicé una puerta lo mas rápido que pude y corrí hasta ella, pero Raiquen ya estaba allí, bloqueándome el paso.


—¡¿Que haces?!—lo empujé, pero al parecer no le hizo ni cosquillas—¡Mi padre!


—Él esta bien—me aseguró tomándome por las muñecas, aprisionándome de nuevo.


—¡¿Cómo puedes saberlo?! ¡Van a matarlo!


—Leí la mente de Bastet cuando nos adentramos en el bosque. No van a matarlo, Moon, ella te quiere a ti, te tiene cierta clase de desprecio, y sabe que, si lo mata, no te volvería a ver jamás en el castillo, así que no lo hará.


Lo miré a la cara con toda la ira que fui capaz. Mi padre era lo único que me quedaba, y ahora estaba en manos de la maldita alimaña de Bastet.


—Cálmate, ¿sí?—me pidió, pero…


—¡¿Calmarme?! ¡¿Como puedes pedirme que me calme cuando mi padre estaba en peligro de muerte?!—le grité tratando de que me soltara.


—Deberíamos preocuparnos por algo mas en este momento. Fathon reclamó su derecho como heredero del trono.


Así que ese era el derecho que reclamaba. Diablos. Bien, era peor de lo que pensaba, mi padre estaba en manos de Bastet mientras Fathon subía al poder.


—Los sobrevivientes estuvieron de acuerdo. No tenemos de otra, sin un líder terminaran extinguiéndonos, pero... Fathon no es un buen líder.


—Tengo que volver por papá, Raiquen, déjame.


—Si vas en este momento te mataran a ti y a Eleazar—suspiró y me miró tan intensamente que no pude hacer mas que derretirme frente a él—Leí la mente de Eleazar, también, sé que, el trono es un derecho del vampiro de sangre real. Y sé que... cualquiera puede ser un vampiro de sangre real, sólo... Busquemos los viales.


—¿Qué?—no podía hablar enserio, debia estar bromeando.


—Piénsalo, si fueras un vampiro de sangre real, liberarían a tu padre.
 

3 comentarios:

  1. hola luna, he leido un poco de tu hsitoria, y quiero decirte que escribes super bien y que te he seguido y me gustaria que te pasaras por mi blog.

    En el blog he hecho una propuesta y si te interesa puedes apuntarte. Trata sobre hacer un blog relato enlazado.

    Te mando saludes y muchos besos.

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  2. olaaaaa!!!! me a encantado tu historia
    me e enganchado enseguida y me e tenido q leer los capitulos enseguida porq me moria de la intriga =D
    por favor no tardes en publicar!!!!! por cierto te sigo!! =)
    un besooo ;)

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  3. hola! me he leído tu historia en un momento. ya tienes nueva seguidora, me tiene enganchada, he contestado las preguntas que haces al ponerte de seguidor. me llevo tu link para afiliarte y espero leer algo pronto, q estoy deseando un nuevo cap.

    de paso te invito a pasar x mi blog y leerte mi historia, me encantaría saber tu opinion. gracias!
    http://elrenacerdelaoscuridad.blogspot.com/

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